El mantenimiento de la piel tiende a ser una de las preocupaciones más frecuentes, especialmente a medida que los años pasan y la edad va en aumento. Sin embargo, existen maneras de mantener una piel sana y bella, sin recurrir a cirugías estéticas o costosas cremas. Esto es, a través de la alimentación.

La alimentación lleva consigo un fuerte impacto sobre nuestra piel. Incluso, una mala alimentación puede llevar a la formación de acné, a una mayor grasitud, a modificaciones en la pigmentación, entre otros efectos. Por su parte, hay también alimentos que tienen la capacidad de combatir estas molestias e imperfecciones. Es seguro, a través de cambios favorables en la dieta, que podrás observar mejoras significativas en tu piel.

En esta ocasión, te contaremos cómo mantener una piel saludable a partir, únicamente, de tu alimentación.

Alimentos para una piel saludable

Son muchos los alimentos que, incorporados de manera correcta en la dieta, traen consigo grandes beneficios para la piel. Aquí hablaremos de cada uno de ellos, comentando sus valiosos efectos.

Los alimentos que son buenos para la piel y que debemos tomar en cuenta para una buena salud de la misma, son:

• Los cítricos
• Los tés
• Las verduras de hoja verde
• Los pescados
• Los frutos y verduras de pigmentación roja
• El aceite de oliva

Hablemos de cada uno.

Los cítricos

Consumir alimentos cítricos de manera regular, ayuda, fundamentalmente, a mantener una buena hidratación de la piel. Una buena hidratación no sólo previene la aparición temprana de arrugas, sino que, además, combate otros problemas tales como la celulitis, las estrías y, claro, la resequedad.

Dentro de los cítricos, prevalece la vitamina C. La vitamina C es un poderoso antioxidante, que permite mantener el colágeno de la estructura del rostro. Al mismo tiempo, la vitamina C combate los distintos tipos de flacidez.

Si bien la vitamina C es fundamental para la hidratación de la piel, es reducido el nivel de ésta que el cuerpo puede acumular. Por ello, resulta de gran importancia consumir cítricos diariamente para reponer.

Una de las mejores y más conocidas fuentes de vitamina C, es la naranja. Sin embargo, la naranja no es la única opción, hay otros alimentos que son también excelentes fuentes de vitamina C. Estos son: el pomelo, la lima y el limón.

Un buen almacenaje de colágeno es fundamental, debido a que este comienza a reducirse a partir de los 30 años.

Los tés

Los distintos tipos de té (verde, negro y blanco) son excelentes fuentes de EGCG. EGCG es un grupo de antioxidantes, ideal para combatir el acné y las quemaduras solares. Al mismo tiempo, estos antioxidantes son famosos por ayudar a combatir el cáncer de piel, como así también otros tipos de tumores.

Para que la piel pueda, efectivamente, beneficiarse con los efectos del EGCG, se deben ingerir de cuatro a seis tazas de té al día. Una buena opción para lograr ello, es sustituyendo, gradualmente, las tazas de café diarias, por unas de té. Son muchos los tipos de té que hay en el mercado, por lo que se cuenta con una gran variedad de opciones para probar y así no sentir cansancio de beberlo.

Las verduras de hoja verde

Hay algunas verduras de hoja verde (como la espinaca y el brócoli) que son grandes fuentes de vitamina A. La vitamina A se caracteriza por ser uno de los nutrientes más importantes para la salud de la piel. Esta, ayuda a combatir el envejecimiento precoz de la piel y la deshidratación. Al mismo tiempo, la vitamina A promueve la renovación celular, como así también el desarrollo de piel nueva.

La gran mayoría de las verduras de hoja verde contienen vitamina A. Por ello, si se quiere mantener una buena salud de la piel, estas deben ser incorporadas en la dieta indefectiblemente. Una de las ventajas con que cuentan estas verduras, es que, sin importar cuál sea el método de cocción o de consumo utilizado, continúan aportando este fundamental nutriente que es la vitamina A.

Los pescados

Dentro de los componentes de los pescados, vale la pena resaltar su gran cantidad de ácidos grasos Omega 3. Estos, poseen fuertes propiedades antiinflamatorias, que permiten combatir los daños que puedan ser causados por la exposición prolongada (o sin protección) al Sol.

Los ácidos grasos Omega 3 pueden encontrarse, fundamentalmente, en:

• El salmón
• El atún
• Las sardinas
• Los mariscos

Sin embargo, es importante tener en cuenta que no resulta recomendable consumir abundantes cantidades de mariscos. Esto tiene que ver con que un exceso en su consumo, podría llevar a una sobredosis de mercurio, lo cual resultaría perjudicial para la salud.

Para obtener buenos resultados en la piel, bastaría con consumir pescados alrededor de tres veces a la semana.

Frutos y  verduras de pigmentación roja

En lo que respecta a la salud y la belleza de la piel, podemos remarcar que son muchos los frutos y las verduras de pigmentación roja que contienen grandes cantidades de antioxidantes y flavonoides.

Dentro de estos alimentos, podemos resaltar los siguientes:

• Las frutillas: estas, resultan ser de las frutas con un mayor nivel de antioxidantes. A su vez, son ricas en vitaminas C, B, K y E.
• Las grosellas negras: estas, contienen un nivel de vitamina C superior, incluso, al de las naranjas
• Las frambuesas: son ricas en vitaminas B y C, como así también en antioxidantes
• Las cerezas: también ricas en vitamina C
• El tomate: ideal para eliminar las toxinas de la dermis. Rico en el antioxidante licopeno, protege la piel del daño proveniente de la exposición solar.

El aceite de oliva

El aceite de oliva es rico en ácido ala linoleico, el cual se encuentra contenido al interior de los ácidos Omega 3, los cuales consisten en uno de los mayores componentes del aceite de oliva. Estos elementos son ideales para combatir la resequedad de la piel. Al mismo tiempo, reducen y retrasan la aparición de arrugas.

Todos los alimentos mencionados a lo largo de este artículo, como hemos visto, presentan enormes beneficios para la salud y la belleza de la piel. Si estás buscando ver prontos resultados, incorporalos de manera saludable en tu dieta y observá la diferencia.

Sin embargo, la recomendación principal es que visites a tu médico antes de realizar cualquier modificación en tus hábitos alimenticios.

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